viernes, 18 de abril de 2008

Ben is doomed (or not)


KELLERMAN: Todavía no me lo acabo de creer. Me lanzo en paracaídas desde el helicóptero de Dharma, y no acabo de pisar el suelo cuando ¿a quién veo entre los árboles recogiendo madera?

BEN: No sería a mí, yo estaba entre unos arbustos.

KELLERMAN: Eres realmente único, incluso en tu actual posición te permites el lujo de ser desafiante.

BEN: ¿Desafiante? ¿Dirías que ese insulso juego de palabras que he empleado me hace ser desafiante? Veo que tienes mucho que aprender, de mí, y de este lugar.

KELLERMAN: Si bueno, pues tendrá que ser en otra vida, porque sólo he venido a hacerte llegar un mensaje, y a matarte por supuesto.

BEN: Por supuesto.

KELLERMAN: Bien, éste es el mensaje.

(KELLERMAN saca una nota de papel del bolsillo y lee)

KELLERMAN: “Muere maldito mamón”.

BEN: Uau, uso de aliteración y todo.

KELLERMAN: ¿Qué?

BEN: Nada, nada.

KELLERMAN: Bueno, adiós.

BEN: ¡Espera!

KELLERMAN: Sí, sí, será una muerte rápida, no te preocupes.

BEN: ¿Qué me dirías si te ofrezco 3,2 millones de dólares?

KELLERMAN: ¿3,2? ¿Y por qué no 3,4?

BEN: Déjà vu…

KELLERMAN: ¿Qué?

BEN: Nada, nada.

KELLERMAN: Bueno, ¿que hay de esos millones?

BEN: Mmmm, si me desatas, quizá sigamos hablando del tema.

KELLERMAN: Bien, bien, te desato, pero al mínimo intento de escapar, ¡pang!

BEN: Bang.

KELLERMAN: ¿Qué?

BEN: Nada, querido, nada.

(KELLERMAN desata a BEN, lentamente, y con cuidado)

KELLERMAN: Bien, hablemos de esos millones.

BEN: Bien, pero lo haremos en mi campamento.

KELLERMAN: ¿Piensas que soy estúpido?

BEN: No sabría decirte. Aunque lo que está claro es que aquí yo soy el héroe y tú el villano.

KELLERMAN: ¿De qué hablas?

BEN: De que te has dejado entretener el tiempo suficiente para que mis hombres te rodeen.

(6 hombres armados con rifles salen de la espesura apuntando hacia KELLERMAN)

BEN: Tranquilo Tom, la barba no es necesaria.

KELLERMAN: Swell…

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